El periodista y especialista en temas paranormales, charlatanes, ovnis, brujos, pseudo-sanadores, pseudo ciencias, etc., Luis Alfonso Gámez, ha aparecido en varios medios de prensa (El Correo, Sur, Ideal, etc.) el pasado viernes 25 de abril, y desde su propio blog escéptico con la noticia que Gran Bretaña está removiendo al colectivo de los brujos y videntes, ya que contempla la posibilidad de dejar de lado el actual Acta de Médiums Fraudulentos de 1951 que contemplaba la existencia de genuinos médiums y futurólogos, y la entrada en vigor de la normativa europea de prácticas comerciales desleales en relación con sus consumidores.
Esto significará que a partir del 26 de mayo de 2008 los echadores de cartas, telépatas, visionarios, futurólogos y demás vendedores de mancias podrán ser llevados ante los tribunales si la persona que ha hecho gasto de sus productos y servicios reclama fraude por no haberse cumplido lo que se le dijo que iba a esperar u ocurrir tras el pago de la correspondiente cantidad por ello, como en cualquier negocio.
“Los psíquicos -como les gusta denominarse- británicos, dice Luis Alfonso Gámez, se manifestaron el viernes 18 de abril ante el 10 de Downing Street, residencia del primer ministro, donde entregaron una petición firmada por 10,000 de ellos para que el Gobierno de Gordon Brown no revoque el Acta de Médiums Fraudulentos de 1951 en beneficio de la directiva europea. El colectivo, cuyo volumen de negocio supera los 50 millones de euros anuales, se enfrenta a tener que advertir a su clientela de que lo que hace –sea curar gente, hablar con los muertos o ver el futuro– es sólo un entretenimiento sin base real o, de lo contrario, a probar sus poderes en los tribunales para evitar multas y hasta la cárcel”.
Esta norma también va a entrar en vigor desde el Ministerio de Sanidad y Consumo de España durante este año, por lo que como en cualquier relación comercial, se protege al consumidor ante lo que está comprando y se habrá de demostrar por parte del empresario de mancias o videncias que ha cumplido con su parte del contrato. Como dice la Directora Ejecutiva de la Asociación Escéptica contra los fenómenos Paranormales de Gran Bretaña, la BHA (British Humanist Association), Hanne Stinson, “la dificultad a la hora de probar que un médium no es genuino es probablemente una de las razones por las cuales ha habido menos de diez procesos en los últimos veinte años”, y aquí está como en toda ley la puerta trasera abierta a la futura normativa europea, ¿cómo demostrar que un vidente, sin un documento firmado, sin un lenguaje carente de ambigüedades, sin los siempre posibles cambios del destino que pudieran cambiar el futuro predicho, es un falso vidente?
Aquí radicará la dificultad de probar la deslealtad de muchos comerciantes de lo futuro, de muchas prácticas mágicas, de gran parte del fenómeno de la New Age, de las sanaciones, las canalizaciones con los muertos, de muchas sectas que usan de estas prácticas. No obstante es un paso necesario para proteger a las personas de la manipulación y de los deseos insatisfechos y angustias en las que viven muchas de ellas.
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