SITUACIONES POLÍTICAS, HUMANAS Y RELIGIOSAS DE LA VIDA ACTUAL QUE NOS AFECTA INDIVIDUALMENTE O A TODOS POR IGUAL
sábado, 23 de agosto de 2008
New Age (Nueva Era), cargamontón de pseudoterapias nocivas
1. Álvaro Farías analiza la manipulación sectaria en el contexto de la Nueva Era. FUENTE: Secretaría RIES
La Nueva Era sigue estando de actualidad, y en su órbita se mueven muchos grupos, grandes y pequeños, y se dan frecuentes situaciones de manipulación personal. El experto en sectas Álvaro Farías Díaz, director del SEAS (Servicio de Estudio y Ayuda sobre Sectas) de Uruguay, y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ha presentado recientemente un trabajo sobre este tema en las II Jornadas “Más allá del consultorio”, organizadas por la Asociación Uruguaya de Psicoterapia Psicoanalítica (AUDEPP), y que se han celebrado en Montevideo durante los días 1 y 2 de agosto.
El autor, licenciado en Psicología por la Universidad Católica del Uruguay “Dámaso A. Larrañaga”, aborda este tema haciendo un repaso a la bibliografía científica que hay, y da una orientación general para su abordaje. Farías señala, entre otras cosas, que “la seducción sectaria es una forma de seducción narcisista en tanto que despliega un proceso tendiente a envolver y enredar cada vez más al sujeto en la espiral del grupo, prometiéndole un ideal a través de una adhesión pasional y radical que se supone que operará como una suerte de transformación personal radical y trascendente a través de rupturas en las relaciones”.
Ofrecemos en exclusiva la ponencia de Álvaro Farías a continuación, por su gran interés, incluyendo las referencias bibliográficas del trabajo.
2. ¿Terapias alternativas o manipulación psicológica? Las pseudoterapias New Age. FUENTE: Álvaro Farías
Hombres y mujeres de nuestra cultura de fines de siglo XX y principios del siglo XXI, están atravesados por un particular sentimiento de malestar (Freud, 1930). Buscan sin cesar experiencias de tipo oceánicas que logren, de alguna manera, mitigar ese afecto. Naufragio, nihilismo, desesperanza, soledad… son algunas de las notas que parecen caracterizar este particular modo de ser que ha sido llamado “postmodernismo”.
Podríamos preguntarnos ¿por qué tienen tanto éxito películas como Harry Potter, El Señor de los Anillos o libros como El Alquimista? ¿Por qué florecen cada día más las expresiones del pensamiento imaginario o mágico? ¿Por qué aunque la modernidad lo creía moribundo, Dios sigue resistiendo tan bien? ¿Cómo han evolucionado las religiones históricas, en contacto con las nuevas creencias y las nuevas formas de espiritualidad marcadas con el sello del individualismo y el pragmatismo? Y al fin de cuentas, ¿cómo comprender esta plétora de creencias y prácticas que se despliega ante nuestros ojos, esa religiosidad flotante, “a la carta”, que se desarrolla dentro de nuestra sociedad? (Lenoir, 2003).
La crisis de la modernidad significa también la crisis de la subjetividad. La palabra “sujeto” proviene del latín subjectus, que designa el estado de estar “sujeto a”. Ahora bien, ¿sujeto a qué? Podríamos decir que en la modernidad las personas estaban, en mayor o en menor medida, todas sujetas al relato político, científico, filosófico y también al discurso religioso. La postmodernidad ha significado la caída de estos relatos que daban sentido a la existencia, ha significado lo que Lyotard (1990) ha llamado la caída de los metarrelatos. Por eso el sujeto postmoderno fragmentado, disociado, alienado a decir de Dufour (2001), busca afanosamente un relato, un discurso que legitime su existencia.
Lo decíamos más arriba, es el sentimiento de naufragio el que predomina en nuestros días, algunas estadísticas sostienen que cerca de un 20% de la población sufre depresión. Quizás el emblema del cientificismo y el pragmatismo modernos triunfantes sea el medicamento antidepresivo. Con el antidepresivo, aparentemente, la ciencia ha triunfado sobre las fronteras del alma logrando hacer desaparecer el dolor. Vemos a diario como, a cada persona “normal” que sufre los golpes de alguna penosa pérdida, abandono, desempleo, accidente, se le receta en cada caso la combinación necesaria de ansiolíticos o antidepresivos para sobrellevar su dolor. ¿Sobrellevar su dolor? o ¿acallar su dolor?
Vemos hoy como los hombres y mujeres de nuestra cultura, afectados por las enfermedades del humor, son medicados con la misma gama de medicamentos frente a cualquier cosa. Por un lado se encomiendan a la medicina científica, y por otro aspiran a una terapia que reconociendo su identidad de lugar a la palabra. El Psicoanálisis, paradigma revolucionario desde hace ya 100 años, parecería haber perdido algo de su fuerza revolucionaria, cediendo el terreno en lo que a la “cura a través de la palabra” se refiere.
Como lo dice Élisabeth Roudinesco “Asistimos en las sociedades occidentales a un increíble auge de ensalmadores, hechiceros, videntes y magnetizadores. Frente al cientificismo erigido religión y frente a las ciencias cognitivas, que valorizan al hombre – máquina en detrimento del hombre deseante, vemos florecer, como consecuencia, toda una clase de prácticas surgidas, ya de la prehistoria del freudismo, ya de una concepción ocultista del cuerpo y el espíritu: magnetismo, sofrología, naturopatía, iriología, auriculoterápia, energética transpersonal, prácticas medúmnicas y de sugestión, etc. Contrariamente a lo que podríamos creer, estas prácticas seducen más a las clases medias (empleados, profesionales liberales y ejecutivos) que a los medios populares” (Roudinesco, 2002). Intentaremos reflexionar sobre esto último.
La pseudoterapias New Age
Daremos unas breves pinceladas acerca del fenómeno de la Nueva Era, luego pasaremos a exponer el tema de las “terapias” New Age intentado brindar una comprensión psicoanalítica de lo que, en la mayoría de los casos, sucede a la interna de esos vínculos terapéuticos. Bajo el término “New Age” se engloba un conglomerado de ideas que hace difícil su concreción: hay quienes sostienen que es una nueva forma de afrontar la vida y de expresarla, para otros es un sincretismo tan enorme que lo único que pretende es confundir y recoger el fruto de tal confusión.
Para algunos (Silleta, 2007) empezó en la década de los ´60, principalmente en California, intentando propagar una nueva conciencia, un movimiento de contracultura, donde miles de jóvenes decían no al sistema y se enfrentaban a la autoridad. Para otros (Guerra Gómez, 1998), el nombre fue divulgado por la teosofista A. Bailey (1880 – 1949) y por el esoterista Paul le Cour (1871 – 1954). Finalmente el consumo de drogas alucinógenas, como el LSD, permitió a aquellos jóvenes del movimiento contracultura, poder experimentar con estados alterados de conciencia para así poder alcanzar nuevos “niveles de conciencia”.
Hoy ya no se trata de cambiar el sistema, antes de hacerlo hay que cambiarse a sí mismo. Se encuentra que en esa búsqueda del yo, las religiones orientales están más cerca que las occidentales. Se argumenta que las religiones asiáticas valoran más la experiencia interior que los logros externos, la armonía con la naturaleza más que su explotación. Y, en muchos, casos se ha pasado del “prohibido prohibir” a un “sí, maestro”.
Nuestro momento actual dista mucho de desconocer la fascinación por lo sagrado, que irrumpe por caminos que parecían ya poco transitados o reservados a los marginados de la religión. Quién se sorprende ya por ciertos programas de televisión, ciertos programas de radio, ciertos avisos en diarios y revistas en donde aparecen “ofertas religiosas” mezcladas con “ciencia”: radiestesia, control mental, reiki, budismo, meditación trascendental, viajes astrales, Jesús cósmico, Iglesias Neopentecostales, grupos gnósticos, etc. Pero, ¿qué es lo que está ocurriendo? los intentos de explicación son varios (Farías, 2004).
Una explicación socio cultural, coloca este fenómeno dentro de un movimiento sociocultural solamente, otra explicación proviene desde la crítica religiosa y afirma que las religiones históricas se han vuelto acartonadas no sabiendo dar respuestas a la nueva sensibilidad postmoderna. La tercera explicación nos introduce de lleno en ese mundo de la “New Age”, o sensibilidad mística de nuestro tiempo. Nos hallaríamos ante el inicio de una nueva época (la de Acuario) que supone una sensibilidad diferente de la que ha predominado hasta hoy (era de Píscis), más belicosa, delimitativa, institucionalizada y racionalista (Farías, 2004).
La New Age hunde sus raíces en el intento de encontrar puntos de contacto entre ciencia y religión, entre la razón y la magia, entre Oriente y Occidente. Se pretende crear un nuevo paradigma. Se trata de una huída de lo tradicional hacia lo alternativo. Una de las principales divulgadoras del pensamiento New Age, Marilyn Ferguson en el que seguramente es su libro más famoso, “La conspiración de Acuario” (Ferguson, 1985), habla de las principales psico-técnicas que hay que emplear para alcanzar la transformación de la conciencia, entre ellas incluye: la hipnosis, la meditación, grupos de ayuda, técnicas de biofeedback, técnicas chamánicas, seminarios para el desarrollo del potencial humano, la teosofía, terapias corporales, bioenergética, disciplinas orientales, etc.
Según ella, para que se de esta transformación habría que recorrer 4 etapas:
- Habría un despertar que se produciría en un momento determinado por un estímulo adecuado, como ver una película, leer un libro, tener una alucinación producida por una droga, por la recitación de un mantra, etc.
- Luego, gracias a técnicas cono el zen, el yoga, la bionenergética, etc. llegará el momento de explorar el cuerpo y la mente. De esta exploración resultaría la integración y “unificación de las energías”.
- La integración de las energías suele traer consigo el “encuentro con ángeles”, realizar un “viaje astral” en donde se percibe la “memoria del Universo”, donde se llega a tener un conocimiento superior que no está limitado por el espacio y el tiempo, donde uno es capaz de realizar lo que desee con solo pensarlo. Una vez culminada la etapa de integración con el todo, donde todo es Dios, y por lo tanto “yo soy” Dios, se pasa a la cuarta etapa.
- Llega la conspiración, donde se irradia el estado de alcanzado hacia todo lo que le rodea, hasta conseguir la transformación que él ha experimentado.
Hay que aclarar qué es lo que en la New Age se entiende por “Dios”. Dios sería la “Energía” que en un momento determinado descendió sobre Jesucristo, Buda, Mahoma, y más cerca en la historia sobre el Conde Saint Germain. Los nueverinos interpretan la crucifixión, resurrección y ascensión de Jesucristo dentro de un contexto esotérico, como un símbolo de la liberación de la Energía crística y su difusión a modo de gas vivificador del cielo nuevo y la tierra nueva, manifestación esta que se manifestará en todo su esplendor cuando ocurra el advenimiento de la “Nueva Era” o “Era de Acuario”. Mientras que el Cristo interior en inmanente a cada uno es la “chispa” interior, desprendida de la Energía o Cristo cósmico. Cualquiera puede llegar a ser “Cristo”, para ello hay que recurrir a las técnicas New Age y sobretodo provocar estados alterados de conciencia (trances místicos, fenómenos de channeling, etc.) al mismo tiempo que hay que conectarse con la ecología, conducto de la Energía cósmica. (Guerra Gómez, 1998).
A partir de la práctica del “channeling” (canalismo), se puede invocar la asistencia de los llamados “Maestros Ascendidos” o “Avatares”, estos verdaderos guías de la humanidad le dictarían en la conciencia a las personas sobre qué hacer, sentir, pensar, de manera que cada uno invocando a su Maestro Ascendido de turno, puede llegar a justificar cualquier decisión por irracional que parezca. “Estos “maestros ascendidos”, avatares, son hermanados y yuxtapuestos unos a otros en una perpleja y solidaria enumeración: Henoc, Elías, Moisés, Paracelso, El Morya, Noé, Mahachohan, Pitágoras, Confucio, Jesús de Nazareth, Hermes Trismégisto, Elohim, Buda, Nichiren, Mahoma, Krishna, Melquisedec, Maitreya, El Rey Arturo, Minerva, Nabucodonosor, Serapis Bei, Lady Rowena, San Juan Bautista, Eliphas Lévi, Sanat Kumara, El Arcángel Miguel, M. Eckhart, Nanak, Francis Bacon, La Virgen de Fátima, El Conde de Saint Germain... y también algún E.T. Todos ellos serían manifestaciones del único ‘Cristo cósmico’” (Pastorino, 2004)
Como casi siempre, cuando se mezclan tantas cosas al final no tenemos nada, al menos nada positivo o que realmente sirva para algo. Podemos decir que de cada área se entresaca lo que se quiera, sin profundizar en nada, y lo utilizan como recetas, aplicables para todo el mundo. El mayor problema con todo esto es la utilización perversa de estas creencias y técnicas. Cada uno es libre de pensar y creer en lo que le parezca más oportuno. Lo malo es cuando sin aviso previo se le van introduciendo creencias que no compartía en primera instancia, aprovechando circunstancias poco éticas a través de un proceso de manipulación psicológica (Farías, 2006).
Muchas de las ofertas terapéuticas que aparecen en los anuncios que podemos ver en las paradas de ómnibus, en la radio, en revistas y en programas de televisión van desde la terapia reikista, angeológica, terapia floral, curación con cristales, yoga, chamanismo, regresiones a vidas pasadas, el Instituto Nefrú del Maestro Rolland, la Metafísica New Age de Mario Olivero Troise… la lista es interminable. En la mayoría de estos casos no hay al frente de este tipo de ofertas terapéuticas un profesional idóneo, es decir un Psicólogo o un Psicoterapeuta formado para el ejercicio de tal función. Cuando lo hay se dan fenómenos de intrusismo profesional y abuso terapéutico.
Rodríguez y Almendros (2005), en una investigación realizada por la Universidad Autónoma de Madrid, afirman que el 97% de las personas que habían estado en pseudoterapias afirmaba haber sufrido abusos verbales por parte del “terapeuta”; el 86% se sintieron dañados por la experiencia; el 78% recibieron malos tratos; el 50% sufrieron depresión; el 25% tuvieron relaciones sexuales con el “terapeuta”. La clínica con pacientes que han vivido este tipo de experiencias y con sus familiares nos muestra que estos “terapeutas” terminan siendo verdaderos manipuladores ya que con su forma de actuar denotan un desconocimiento de la ética profesional trasgrediendo los límites de la misma, hacen un mal uso de las técnicas psicoterapéuticas y llevan a cabo un manejo de la relación terapéutica en su beneficio personal.
El funcionamiento más común de este tipo de terapeutas como lo afirma Perlado (2002) es de tipo dominante, con fuertes tendencias narcisistas, aspectos de grandiosidad y paranoidismo, mostrándose como personas muy hábiles verbalmente.
En Psicoanálisis la “situación analítica” está definida por el encuadre. El encuadre con sus reglas, posibilita el desarrollo del proceso, son los carriles por donde transcurre el tratamiento y, en general, toda ruptura del encuadre puede llegar a significar una alteración de la situación analítica y del tratamiento. Si hay algo que no hay en las “terapias” New Age es un encuadre. En general en este tipo de “terapias”, los límites terapéuticos se diluyen y los pacientes terminan por transformarse en verdaderos creyentes o adeptos, se establece una co-dependencia donde el “terapeuta” y sus pacientes transforman la experiencia terapéutica en un sistema cerrado donde predomina la perversión, de esta manera los pacientes llegan a ser amigos de sus “terapeutas”, empleados, colegas, aprendices; en las situaciones de grupo llegan a convertirse en hermanos que están agrupados con el fin de admirar y dar apoyo a su “terapeuta”. Como se podrá ver se despliega una dinámica similar a la de los grupos dogmáticos [“Grupo dogmático”,” secta coercitiva”, “grupo de manipulación” son para nosotros términos equivalentes].
No vamos a ingresar, porque no es el objetivo de este trabajo, en el difícil terreno de definir qué es una secta. El “problema de la definición” como lo llaman los especialistas en la materia, es un problema harto difícil y que suele levantar ampollas. Solamente vamos a tomar la llamada “definición psicológica” de la Dra. Margaret Singer (2003) a fin de aclarar un poco en lo que a la pregunta que motiva nuestro trabajo respecta. Singer afirma: “prefiero emplear la expresión ‘relaciones sectarias’ para significar de manera más precisa los procesos e interacciones que se dan en una secta. Una relación sectaria es aquella en la que una persona induce intencionalmente a otras a volverse total o casi solamente dependientes de ella respecto de casi todas las decisiones importantes de la vida e inculca en esos seguidores la creencia de que ella posee algún talento, don o conocimiento especial” (Singer, 2003, 34). Más adelante esta autora afirma que el rótulo “secta” refiere a tres factores: a) el origen del grupo y el rol del líder; b) la estructura de poder o relación del líder y los seguidores y c) el uso de un programa coordinado de manipulación psicológica (de aquí en adelante MP) o lo que más comúnmente se denomina “lavado de cerebro” (Singer, 2003).
¿Cómo se llega a esta situación? Desde una comprensión psicoanalítica, podemos afirmar junto con Perlado (2002) que se produce la perversión de una relación transferencial. Una forma de entender esto es tomándolo como una inversión del diálogo analítico. En la práctica psicoanalítica atendemos al paciente para conducirle por un camino desconocido de antemano que va orientado, entre otras cosas, a disolver la dependencia derivada de la transferencia para incrementar la autonomía del paciente. El propósito del terapeuta no es el lucro personal a costa de un tratamiento interminable, sino ayudar al paciente a alcanzar un mayor bienestar personal, familiar y social. En momentos del proceso puede ser que aparezca una transferencia idealizante y adhesiva que se mantiene rígida. Este fenómeno se acerca bastante a lo que pasa en la relación entre el adepto y su líder, pero al contrario de lo que sucede en el discurso dogmático que asume como cierta esa transferencia, en nuestro trabajo no asumimos esa proyección y la tomamos como producto de una fantasía inconciente. Es en este último punto en donde radica, a nuestro entender, lo que podemos entender como manipulación, es decir, una perversión del vínculo transferencial encaminada a alimentar el yo narcisista del líder (Perlado, 2002).
En los testimonios de personas afectadas por este fenómeno, podemos ver como a poco de iniciar el “tratamiento” se comienza a llevar a cabo el proceso de MP (Farías, 2006). Todo comienza con lo que llamamos “proselitismo engañoso” (Baamonde, 2003), es decir, a la persona que consulta a este tipo de “terapeutas” nunca se le dice el verdadero trasfondo sectario que este tipo de prácticas terapéuticas tienen. A poco de comenzar el tratamiento, y gracias a procesos fundamentalmente inconcientes, se le irán inculcando todo un nuevo sistema de creencias que, de haberlo sabido antes, seguramente la persona no los hubiese aceptado. Poco a poco se ira incrementando la asimetría, el “terapeuta” se auto impondrá títulos como “Maestro”, “Gurú”, “Apóstol”. A partir de este “estatus de superioridad” junto con una actitud “paternalista benevolente” irá buscando que el paciente haga “confesiones íntimas”, iniciándose así la espiral de la captación manipulatoria. El proceso de MP termina siendo una violenta intrusión en el mundo interno del paciente, implantando objetos internos nuevos, llegándose incluso a negar la parentalidad y el discurso social. Es un proceso de violencia psicológica que genera fuertes estados regresivos y una gran dependencia. Esta gran dependencia está enfocada a transformar al sujeto en objeto, en instrumento del “terapeuta”, esto explica en parte, el por qué de la gran dificultad de abandonar este tipo de relaciones. Termina por darse una lógica dual, maniquea, escindida, clivada, en donde todo lo bueno está dentro de la relación fusional con el “terapeuta” y todo lo malo fuera.
El compromiso del adepto se apoya sobre un lazo transferencial muy intenso, podemos decir que es una verdadera “realización” de la transferencia, favoreciendo la regresión para incrementar la dependencia y explotado al máximo por el “terapeuta” para su beneficio personal. Todo comienza como una seducción, a partir de esta seducción comienza una forma sutil e insidiosa de violencia, de presión emocional sobre la base del poder destinada a transformar al sujeto en objeto. Las personas tienden a consultar estos “terapeutas” generalmente en situaciones de crisis. No es tan importante el contenido de la crisis (económica, afectiva, existencial, etc.) como el hecho mismo de la crisis, el hundimiento de las convicciones básicas del sujeto y el incremento de vulnerabilidad consecuente. En un momento de crisis, la confianza en objetos internos buenos y continentes se pierde y es entonces cuando el “terapeuta” se introduce en el mundo interno del sujeto para llevarlo a la condición de adepto. Bastará con que el “terapeuta” tome un conocimiento del sujeto que alcance como para que desnude sus grietas narcisistas, estas grietas narcisistas se hacen más visibles en los momentos de crisis vitales en los que solemos todos ser más vulnerables. Así también decae la confianza en los objetos buenos continentes; el “bombardeo de amor”, el otorgamiento de “padres espirituales”, el “sobredimensionamiento de los conflictos”, sobre todo los familiares, será la manera de comenzar un ataque a los objetos parentales (de hecho, este tipo de “terapeutas” se presentan generalmente como padres o madres perfectos), para luego ser sustituidos por verdaderos “objetos internos implantados mediante un proceso de infiltración masiva en la mente del sujeto que terminara por despojarlo de su mundo simbólico llevándolo a un estado de no – pensamiento” (Perlado, 2002)
La seducción sectaria es una forma de seducción narcisista en tanto que despliega un proceso tendiente a envolver y enredar cada vez más al sujeto en la espiral del grupo, prometiéndole un ideal a través de una adhesión pasional y radical que se supone que operará como una suerte de transformación personal radical y trascendente a través de rupturas en las relaciones (“renunciamientos” a los amigos, trabajo, estudios, familia). Lo que se ofrece es una convicción totalizante a través de experiencias afectivas oceánicas que llevan a una inflación yoica (a la búsqueda del “yo ideal” infantil), de esta manera el narcisismo dañado por la crisis del sujeto es sustituido por una convicción dogmática que recubre el daño con la apariencia de bienestar. Una vez seducido el sujeto y atacado su equilibrio narcisista se ponen en marcha prácticas destinadas a desmantelar el yo (“atrofiamiento de identidad, memoria y pautas de vida”), a desmantelar el aparato mental, lo que luego encontraremos en la clínica como pacientes con una importante “hemorragia narcisista” (Perlado, 2005).
Freud en “Psicología de las masas y análisis del yo” (1921), nos brinda algunas claves para comprender lo que sucede en algunos grupos terapéuticos New Age. La noción de superyo todavía no era utilizada por Freud cuando escribe esta obra, a esta altura utiliza el término “ideal del yo”, dice Freud: “llamamos el «ideal del yo», y le atribuimos las funciones de la observación de sí, la conciencia moral, la censura onírica y el ejercicio de la principal influencia en la represión” (Freud, 1921, 103). Podemos llegar a sostener que el superyo es sustituido por un superyo externo, en el caso de los grupos dogmáticos por la figura del líder, este objeto implantado a través del proceso de MP se ha puesto en el lugar del ideal del yo, calla la crítica operada por esta instancia y todo lo que el objeto hace y pide es considerado justo e intachable. La conciencia moral no se aplica a nada de lo que acontece a favor de este objeto. Freud en relación a esto termina definiendo a la masa como un grupo de individuos que han colocado un objeto en el mismo lugar, en el lugar de su “ideal del yo” y que por lo tanto se identifican entre sí en su yo (Freud, 1921). Esto ha traído a colación hechos trágicos como lo que recientemente sucediera en la región de Penza en Rusia.
Pero más allá de este tipo de hechos vemos familias fracturadas por este fenómeno, personas explotadas al extremo, graves trastornos psiquiátricos, suicidios, son las consecuencias de este tipo de “terapeutas” perversos.
En nuestro país este tema de las pseudoterapias, el tema de los grupos sectarios, no esta presente en la currícula de la formación de los futuros profesionales de la Salud Mental. Ni en la Universidad de la República, ni en la Universidad Católica ni en el Universitario Francisco de Asís se estudian ni se investigan estos temas. A partir de la investigación bibliográfica y gracias al contacto con investigadores de primer nivel a nivel mundial, como es el caso del Psicoanalista Catalán Miguel Perlado o la Dra. Carmen Almendros de la Universidad Autónoma de Madrid, y el ya fallecido Lic. José María Baamonde, hemos podido profundizar mucho a nivel teórico en este tema que nos apasiona desde hace ya muchos años. Queda pendiente el poder realizar en nuestro medio investigaciones empíricas que nos permitan cuantificar el impacto de este tipo de prácticas a nivel de nuestra realidad, llevar a cabo investigaciones de este tipo sin el apoyo de una institución es imposible. Por el momento estamos trabajando por instalar el debate sobre éstos temas, para nosotros, encuentros como el de hoy son mojones muy importantes en nuestro trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
Almendros, Carmen. 2005. Ladrones de libertad. Pseudoterapias “religiosas” New Age. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid Ediciones
Baamonde, José María. 2003. La Manipulación Psicológica de las sectas. Madrid: Ed. Paulinas
Dufour, Dany-Robert. 2001. Los desconciertos del individuo – sujeto. Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur. 11 de mayo de 2001.
Farías, Álvaro.
- 2004. Postmodernidad, el retorno de Dios. (Inédito)
- 2006. Ladrones de libertad, un abordaje psicoanalítico al fenómeno de la manipulación psicológica sectaria. Memoria de Grado en la Universidad Católica del Uruguay.
Ferguson, Marilyn. 1985. La conspiración de Acuario. Barcelona: Kairós
Freud, Sigmund.
- 1921. Psicología de las masas y análisis del yo (Obras completas tomo XVIII) 4ª 1993. Buenos Aires: Amorrortu Editores
- 1930. El malestar en la cultura (Obras completas tomo XXI) 4ª 1993. Buenos Aires: Amorrortu Editores
Guerra Gómez, Manuel. 1998. Diccionario enciclopédico de las sectas. 3ª Madrid: BAC
Lenoir, Frédéric. 2003. Las metamorfosis de Dios. Madrid: Alianza Editorial
Lyotard, J F. 1990. La postmodernidad (explicada a los niños). Barcelona: Ed. Anthropos
Pastorino, Miguel. (2004) New Age: la punta del iceberg. Artículo publicado en el Quincenario “Entre Todos”. Montevideo, noviembre de 2004
Perlado, Miguel.
- 2002. Intrusismo profesional y abuso terapéutico grupos de manipulación en salud mental. Publicado en: “Revista del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña”, Nº 149
- 2002. A propósito de un tipo especial de perversión narcisista. Publicado en: “Revista de Psicoterapia Psicoanalítica”, Nº 5
- 2005. La atadura sectaria. Publicado en: “Intercambios, Papeles de Psicoanálisis”, Nº 15
- 2007. Estudios Clínicos sobre sectas. Barcelona: Ed. Atención e Investigación en Socioadicciones
Roudinesco, Élisabeth. 2002. ¿Por qué el Psicoanálisis? Buenos Aires: Ed. Paidós
Silleta, Alfredo. 2007. Shopping Espiritual. Buenos Aires: Ed. Martínez Roca
Singer, Margaret. 2003. Las sectas entre nosotros. 3ª Barcelona: Ed. Gedisa
3. Aniversario de José María Baamonde: “la Nueva Era ofrece un vago espiritualismo gnóstico”. FUENTE: Arbil
Hoy, 23 de agosto, se cumple el segundo aniversario de la muerte de José María Baamonde, uno de los iniciadores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). Por ello añadimos a este número monográfico sobre la Nueva Era una interesante entrevista que publicó la revista Arbil (nº 71-72), y realizada por F.J.V.O. Es nuestro sencillo homenaje a José María, con cuyo espíritu queremos continuar en la RIES, y a toda la labor que desarrolló desde la Fundación Spes.
Baamonde era licenciado en Psicología, y como psicólogo clínico especializado en la atención psicoterapéutica a los afectados por las sectas, y buen conocedor del tema, en 1989 fundó la Fundación Spes (Servicio para el esclarecimiento de las sectas y nuevos movimientos religiosos), que presidió hasta 2001. Desde entonces, con su cambio de residencia a España, era el Director de su Área de Documentación e Investigaciones. Además, colaboró muy estrechamente con el Centro Ecuménico “Misioneras de la Unidad” de Madrid.
Participó en multitud de congresos y reuniones internacionales, como experto particular o representando a organismos eclesiales, como en la reciente Consulta Internacional sobre New Age (junio 2004), organizada por la Santa Sede en la Ciudad del Vaticano. Era asesor del Secretariado para la Familia de la Conferencia Episcopal Argentina desde 1997, profesor del Instituto de Cultura Universitaria de la Pontificia Universidad Católica Argentina y del Centro de Investigación de Ética Social. Desde 2003 era profesor en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, lugar donde ha dejado buenos compañeros y alumnos.
Baamonde escribió los siguientes libros en Argentina: Sectas en Preguntas y Respuestas (1992), Los Niños de Dios (1992), Sectas y Lavado de Cerebro (1993), La Familia: La Verdadera Historia de los Niños de Dios (1993), Los Cultos Afrobrasileños (1995), Sanaciones, Posesiones y Exorcismos (1996), El Fenómeno de las Sectas y los Nuevos Movimientos Religiosos (1997), Sectas y Nuevos Movimientos Religiosos (1998), La Iglesia y las Sectas (1998), Libertad Religiosa, Cultos y Sectas en la Argentina (2001), y en España La Manipulación Psicológica de las Sectas (2003).
- Usted es un conocedor de la situación de las sectas en Argentina y en el resto de Hispanoamérica, así como de su impacto en el pueblo católico. Desde su perspectiva, ¿se trata de un fenómeno creciente o se encuentra en vías de estancamiento?
- En general el fenómeno de las sectas y los nuevos movimientos religiosos (NMR), registra un constante crecimiento, aunque variable en su proporción, según una serie de circunstancias. Entre otras podemos mencionar ciertos períodos de la historia. Como dijera en un trabajo anterior, existe en el ser humano una tendencia al cierre o consumación de ciclos o períodos de años. Es por esta razón que tanto en el año 100, en el año 500, en el 1000 ó 1500, tendían a surgir grupos de carácter gnóstico o esotérico y, por sobre todo apocalípticos, que sostenían que en el año 100 iba a registrarse el fin del mundo, o en el 1000 ó el 1500.
Nuestro reciente fin de siglo, coincidente con el fin del segundo milenio, no fue una excepción. En las últimas décadas surgieron muchísimos grupos de carácter gnóstico y esotérico, al igual que grupos apocalípticos. La única diferencia distintiva que hemos registrado en la actualidad es que, por sobre la idea de un fin del mundo, ganó preeminencia la idea de transformación, surgiendo así un movimiento muy amplio y difuso, con un alto contenido gnóstico y esotérico y que se lo conoce con el nombre de New Age o Nueva Era.
Otro factor no menos importante para el crecimiento de los NMR, consiste en los Medios de Comunicación Social. Antes de la existencia de éstos, un grupo no tenía mayor influencia que en la zona geográfica donde desarrollaba sus actividades, y su propagación y crecimiento era proporcional a la velocidad de los medios de transporte de la época.
En la actualidad un NMR por más pequeño que sea, teniendo acceso a los Medios de Comunicación Social, puede llegar al mundo entero en pocos segundos, propagando sus prácticas, creencias y actividades proselitistas, masivamente. Es por esta razón que algunos NMR, especialmente evangélicos de tipo pentecostal, han montado grandes cadenas radiales y televisivas, e incluso, han comprado partes de satélites a fin de lograr emisiones durante las 24 horas a gran parte de mundo, en forma simultánea.
En la década de los ochenta, hubo un grupo evangélico pentecostal que llegó a instalar grandes antenas en medio de barrios marginales en países de Centroamérica y obsequiar televisores, a fin de que los habitantes de dichos barrios pudieran recibir sus programas exclusivamente.
- Ante el fenómeno de las sectas, las realidades de España y Argentina, ¿son equiparables en este sentido?
- Es un fenómeno mundial, aunque evidentemente, siempre encontraremos algunas características particulares de acuerdo a las diversas regiones del mundo. En lo que respecta a este tema, Argentina no se diferencia de los países desarrollados del Primer Mundo. No sólo viene importando movimientos de estas características desde hace varias décadas, sino que ya se ha convertido en un exportador más, con grupos que han tenido su origen en nuestras tierras y hoy, desarrollan una amplia actividad en países europeos, como es el caso de Nueva Acrópolis o El Movimiento, fundado por Rodríguez Cobo, más conocido como "Silo".
Y no sólo Argentina, muchos otros países de América Latina son generadores de movimientos de características sectarias y que desarrollan actividades tanto en Europa, como en los Estados Unidos de Norteamérica y el resto del mundo.
Quizás una de las tantas diferencias podremos encontrarla en lo que se refiere al tratamiento del fenómeno. En los países del Primer Mundo existe un número importante de estudiosos que llevan años en el seguimiento al presente fenómeno. Por el contrario, en Argentina como en el resto de los países de América Latina, los abocados a la presente temática son escasos y, mayoritariamente, los estudios corresponden a las dos o tres últimas décadas y desde una perspectiva sociológica o teológica, aspectos estos muy importantes, pero insuficientes para comprender a un fenómeno que obedece a muchísimas razones distintas.
- La Fundación SPES viene realizando un extraordinario trabajo especializado en la formación de laicos y sacerdotes y en el tratamiento de otros aspectos asociados al fenómeno de las sectas y los nuevos movimientos religiosos (NMR). Esta labor, ¿es suficiente, o deben dedicarse más esfuerzos en este sentido? La lucha contra el avance de las sectas, ¿debe implicar también a otros sectores de la Iglesia católica?
- En primer lugar, yo no hablaría de lucha contra el avance de las sectas. El objetivo de la Fundación SPES es el estudio interdisciplinario del fenómeno, a fin de brindar elementos para el discernimiento y respuestas al desafío que implican, como así también una serie de servicios concretos para la Iglesia y otras instituciones, y para personas que se encuentran afectadas directa o indirectamente por esta problemática.
Por otra parte, siempre existirán movimientos de estas características por lo que una lucha sería totalmente infructuosa. Estimo mucho más efectivo trabajar fundamentalmente sobre dos aspectos: la formación en la propia fe, y la información general sobre el fenómeno. De esta manera lograremos que cada vez sean menos los que se dejen seducir por propuestas tentadoras, pero irreales. Ahora bien, la gran envergadura del fenómeno, hace que los esfuerzos deban incrementarse y no sólo por parte de la Iglesia, sino que deben implicar a toda la sociedad.
En lo que respecta a la Iglesia y pese a los constantes pedidos por parte del Magisterio Pontificio, son pocos los seminarios, universidades y demás instituciones educativas, que estudien el fenómeno de manera más o menos sistemática. En los seminarios, por lo general, su tratamiento se efectúa tangencialmente cuando se estudian temas como ecumenismo o pastoral. No hablemos ya de otras instituciones educativas, incluyendo universidades católicas, donde en algunos casos existe una subestimación del tema y en otros una sobrevaloración, rayana al temor.
En cuanto al resto de la sociedad, creo que hay que superar el prejuicio de que el fenómeno de las sectas y NMR son sólo un problema que compete a la Iglesia o al resto de las religiones clásicas o tradicionales. Este tema va mucho más allá de lo simplemente religioso. Y mire usted qué curioso. Los únicos preocupados en reducir este tema a una cuestión religiosa, son las mismas sectas. De esta manera, cuando son blanco de una crítica objetiva, comienzan a realizar grandes campañas manifestando que son víctimas de una persecución religiosa y sacan a relucir clichés como Santo Oficio, nuevas cruzadas, etc.
Este tema compete a toda la sociedad, porque toda ella es interpelada por el presente fenómeno. Este es un problema que compete al Estado, a los gobernantes, a los profesionales, a los educadores y a los educandos, a los padres y a los hijos.
Quizás debiéramos preguntarnos cada uno de nosotros, en qué nos afecta o involucra el fenómeno de las sectas o NMR, de qué manera podemos responder al desafío, y cómo podemos comprometernos desde nuestra vocación particular. Creo sinceramente que todos podemos dar una respuesta: el gobernante, desde su función pública; el político, desde su bancada; los profesionales, desde sus disciplinas académicas; el educador, desde su cátedra; y los padres de familia, desde su mesa, donde comparten el pan y, en diálogo profundo, rico e íntimo, velan por una formación integral de sus hijos.
- ¿No considera que, para afrontar el fenómeno de las sectas, además de extender una buena formación es imprescindible una vivencia personal de la fe y la pertenencia a una realidad eclesial humana concreta?
- Absolutamente. La formación sin la gracia, no sirve para nada, o sirve para muy poco.
- Lleva un año viviendo entre nosotros. ¿Existe alguna iniciativa similar a su Fundación en España? ¿Cree necesario, para España, algún instrumento análogo al impulsado por usted en Argentina?
- Por el momento estamos considerando la posibilidad, junto con otros profesionales, de crear un centro de formación dentro de una institución educativa, aunque considero que siempre será necesaria la organización de diversas instituciones que se aboquen al estudio del presente fenómeno, desde diversas perspectivas.
- En América Hispana, parece ser, arraigan de forma particular las sectas pentecostales y evangélicas. En España, por el contrario, parece ser, echan raíces las diversas corrientes de la new age en su versión de "religión de supermercado". ¿Le parece justo este juicio?
- En un principio y con una mirada rápida podría decirle que sí, aunque no utilizaría la palabra secta, para referirme a los grupos evangélicos de tipo pentecostal en general, ya que dentro de este espectro existen grandes variaciones, en razón de que los pentecostales se caracterizan por ser autocéfalos. En términos generales es muy distinto el fenómeno del pentecostalismo en América Latina, que con respecto a Europa.
En América Latina los pentecostales son el grupo de mayor crecimiento en estos momentos y ello obedece a muchas razones, entre las que no se pueden dejar de tener en cuenta la situación de crisis medianamente constante que viene padeciendo toda la región; la ayuda extranjera, mayoritariamente proveniente de los Estados Unidos de Norteamérica y esto especialmente en ciertas regiones de Centro América y norte de Sudamérica; los planes y seminarios de crecimiento al que son tan afectos, como el Plan Amanecer que se proponía alcanzar a ser más del 50 % de la población para el año 2000 y edificar un templo cada mil habitantes; el proselitismo agresivo y compulsivo, denunciado en los documentos de la III y IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizadas en Puebla (1979) y Santo Domingo (1992), respectivamente; y la capacidad del autopastoreo sin ningún tipo de control, entre otras.
Esta última es una razón muy pocas veces tenida en cuenta. Al ser estos grupos autónomos y autocéfalos, es muy frecuente que un integrante de los mismos, disgustado con sus pastores o, simplemente porque cree haber recibido un llamado divino, se autoproclame pastor o pastora y dé comienzo a un nuevo grupo pentecostal. De esta manera la progresión del crecimiento, suele ser geométrica.
Algunas fuentes afirman que un 15,4 % de brasileños, unos 25 millones aproximadamente, se han adherido al pentecostalismo; un 25 % en Chile; y un 31 % en Guatemala, aunque es importante resaltar en lo que respecta a este último país, que allí el pentecostalismo tuvo gran ayuda gubernamental para su expansión, durante la presidencia del Ríos Montt. Algo parecido ocurrió en Perú, durante el gobierno de Fujimori y en Chile, durante el gobierno de Pinochet.
En España y Europa en general, la presencia por el momento de este tipo de movimientos no es de gran envergadura, pero estimo que pronto variará en razón de la gran afluencia de latinoamericanos. En lo que respecta a la New Age o Nueva Era, también en un principio coincidiría con su juicio, y ello particularmente porque lo más visible de esta corriente, apuntaría a sectores de un mediano poder adquisitivo y con una formación intelectiva media. Pero como expresara, este es sólo el aspecto más visible de la New Age.
Existe un segundo nivel que está logrando permeabilizar a todos los sectores de la sociedad, tanto a nivel económico como intelectual, y tiene también una fuerte presencia en países de América Latina.
- Sectas y new age encuentran un buen mercado entre amplios sectores católicos. ¿Qué falla en nuestra Iglesia, a su juicio, para que tengan este éxito, especialmente entre mujeres y jóvenes?
- Son varios los factores que se relacionan para el éxito de la New Age o Nueva Era en sectores católicos, una de las cuales indudablemente, responde a una muy pobre formación en la propia fe.
Ocurre que la New Age si bien no se presenta como una religión propiamente dicha, posee empero, un alto contenido religioso. Ofrece un vago espiritualismo gnóstico, donde la salvación se lograría por el conocimiento y no por la fe o la conducta. De esta manera propugnan un crecimiento espiritual sin atenerse a dogmas o sacrificios de ningún tipo, sino tan sólo escuchando la voz interior. Esta falsa espiritualidad demanda, consecuentemente, el abandono progresivo de toda creencia previa, para experimentar una nueva religión sin divisiones, donde Dios es conceptualizado como una Gran Energía.
Es aquí donde quizás se encuentre una de las razones del éxito que registran en una sociedad sensual y consumista, las doctrinas y prácticas de la New Age, al poner comercialmente y al alcance de cualquiera, una experiencia mística sensible y a medida del consumidor, una mística part time y para el tiempo libre, y sin necesidad de transitar por esa noche oscura de la que grandes y verdaderos místicos han hablado tan profusamente.
Con una oferta tan tentadora, ha logrado permeabilizar a muchísimos católicos, incluyendo algunos sacerdotes y religiosas. Al respecto son muy esclarecedoras las palabras de S.S. Juan Pablo II a los obispos norteamericanos en la visita ad limina del 18 de mayo de 1993:
"Muchos de vosotros habéis escrito cartas pastorales sobre los problemas que presentan las sectas y movimientos pseudo religiosos, incluido el llamado New Age. Las ideas de la New Age a veces se abren camino en la predicación, la catequesis, los congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los católicos practicantes, que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de esas ideas con la fe de la Iglesia.
"En su perspectiva sincretista e inmanente, estos movimientos pararreligiosos prestan poca atención a la Revelación, más bien, intentan llegar a Dios a través del conocimiento y la experiencia, basados en elementos que toman prestados de la espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas. Tienden a relativizar la doctrina religiosa a favor de una vaga visión del mundo, que se expresa mediante un sistema de mitos y símbolos revestidos de un lenguaje religioso. Además proponen a menudo una concepción panteísta de Dios, incompatible con la Sagrada Escritura y la tradición cristiana. Reemplazando la responsabilidad personal de nuestras acciones frente a Dios con un sentido del deber frente al cosmos, tergiversando así el verdadero concepto de pecado y la necesidad de la redención por medio de Cristo".
De esta manera, a través de diversas organizaciones, programas educativos, libros, revistas, programas radiales y televisivos, la New Age va ganado adeptos día a día con el objetivo final, según sostienen, de borrar las fronteras universales, para lograr la creación de una suprarreligión donde el hombre sea el Alfa y el Omega, el Principio y Fin de todas las cosas, logrando así una caricatura de la religión: Ya no es el hombre el creado a imagen y semejanza de Dios, sino Dios, el creado a imagen y semejanza del hombre.
- La Masonería jugó, en el pasado de Argentina y de España, un importante papel. En la actualidad, sin embargo, parece haberse difuminado su tradicional influencia. Sin embargo, parece adivinarse un influjo de muchos principios masónicos en buena parte de los presupuestos y propuestas de la new age y numerosas sectas ocultistas. ¿Qué opinión tiene al respecto?
- La influencia de la masonería, a mi entender, sigue con plena vigencia en los más diversos ámbitos y comparte con las numerosas sectas ocultistas, sus contenidos de carácter gnóstico y esotérico. En cuanto a la New Age o Nueva Era, pueden observarse claramente estos influjos en muchas de las propuestas que hace el presente movimiento. Desde la creación de una suprarreligión, hasta su rechazo, yo diría en algunos casos hasta visceral, al cristianismo
- Desde algunas revistas especializadas, es el caso de "30 días en la Iglesia y en el mundo", se ha denunciado la irrupción actual de concepciones gnósticas semejantes a las sufridas en los primeros siglos del cristianismo. ¿Se trata de un fenómeno asociado al florecimiento de las sectas o se encuentra, por el contrario en la base del mismo?
- La mayor tentación del cristianismo, a lo largo de toda su historia, fue el gnosticismo. La posibilidad de alcanzar la salvación mediante el conocimiento y el propio esfuerzo, desechando en un neopelagianismo, la gracia sobrenatural. Creo que esta gran tentación humana, es en términos generales uno de los pilares donde se asienta el crecimiento y la difusión de la mayor parte de las sectas y los NMR.
Pareciera que para algunos aceptar el don de gratuidad de Dios, fuera imposible, empezando a recorrer así el camino del mayor de los dramas humanos, que es el vivir apartado de nuestro Creador. La tentación del conocimiento para la salvación lo podemos encontrar desde las más clásicas organizaciones ocultistas, hasta en métodos pseudo científicos y muy populares como el Control Mental. En estos métodos se propone habitualmente que entrenándonos nada nos será imposible, por lo que no deja de ser aunque algo reciclada, la primera y más antigua de las tentaciones que sigue hoy teniendo toda su vigencia: "... y seréis como dioses" (Gn. 3, 5).
- Dada su vinculación actual a la Universidad San Pablo–CEU de Madrid, ¿tiene previsto proponer algún tipo de encuentro multidisciplinar, con vocación de futuro y servicio a la Iglesia, relativo al mundo de las sectas y los NMR y su incidencia en la sociedad actual?
- Sí, son varias las propuestas y en distintos niveles, que se están estudiando. La primera y básica es que los alumnos puedan contar con un conocimiento, aunque sólo fuera una mínimo e introductorio sobre el presente fenómeno y presentado de acuerdo a las distintas disciplinas profesionales. Es decir que los alumnos de psicología conozcan la presente problemática desde una perspectiva psicológica, los alumnos de abogacía, desde una perspectiva jurídica, etc.
Considero esto sumamente importante, porque en el día de hoy están saliendo de universidades católicas de todo el mundo, profesionales que no sólo desconocen absolutamente el presente fenómeno, sino que incluso están convencidos de que grupos pertenecientes a religiones clásicas o tradicionales son una secta, mientras que le asignan carácter de religión clásica o tradicional, a grupos como Cienciología o los Niños de Dios. Es decir que la ignorancia y confusión, es prácticamente absoluta.
En un segundo nivel, sería recomendable una profundización de estos estudios, especialmente en ciertas disciplinas académicas. Y ello sobre todo, porque será habitual que en sus futuras carreras profesionales, deban enfrentarse con casos relacionados a la presente problemática. Al día de hoy, lamentablemente, casi no contamos con psicólogos y psiquiatras capacitados en el tratamiento psicoterapéutico de personas que han sido miembros de algunos movimientos de características sectarias, y que han sido sometidos a prácticas muy particulares, con las consecuentes secuelas físicas y psicológicas.
Algo similar ocurre con el aspecto jurídico y también el periodístico, donde en ocasiones llegamos a leer en periódicos y revistas verdaderas barbaridades o, en el mejor de los casos, tratamientos sensacionalistas. Finalmente sería deseable que en alguna universidad católica se creara un instituto o departamento que se abocara al estudio interdisciplinario del fenómeno, pudiendo ser un referente y brindar un servicio a la Iglesia en particular y a la sociedad en general, a través de conferencias, seminarios y publicaciones tanto a nivel académico, como pastoral, y asesoramiento a otras instituciones.
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